lunes, 11 de julio de 2011

Adios Amigo... Facundo Cabral

Cuando un amigo se va

Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.

Cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.

Cuando un amigo se va
una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.

Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
y empieza a revelar
el duende manso del vino.

Cuando un amigo se va
galopando su destino
empieza el alma a vibrar
por que se llena de frío.

Cuando un amigo se va
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
por que el viento ha vencido.

Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.

“Es demasiado peso el recuerdo vivido en la memoria; sueño con el olvido, la maravilla que me hará descansar.


Frente al Himalaya, recuerdo de Kipling decía que este no era lugar para hombres sino para dioses; la verdad tampoco es para humanos pues su grandiosa luz nos cegaría, nos enloquecerían sus múltiples voces.


Lejos de las ciudades  donde la gente inventa conflictos para escapar de la búsqueda  fundamental, pienso, tranquilamente, en qué lugar del amado y trajinado mundo me detendrá el cansancio.

Tal vez será en Chichicastenango, donde conocí la verdadera cara de América, o en  California, donde me sentí tan libre, tan dueño de mi mismo como en el silencio, o en Eilat, en el Mar Rojo, sobre el golfo de Akaba, donde aprendí a renunciar, o en el desierto de Sonora, preferido de los extraterrestres, en el mágico México donde aprendí a entregarme.


¿En qué lugar del amado y trajinado mundo me detendrá el cansancio?
Tal vez será en Buenos Aires, donde nunca bebí café con Macedonio Fernández, donde Jacobo Fijman dejó maravillas para nadie, donde Teresa me hizo un hombre, o en Jerusalem, que me hizo agradecido, o en el Caribe, donde mi animal se liberó de mi mente.


Tal vez en la Grecia luminosa del luminoso Plotino, o en la China que nunca me revelará el secreto, o en la Costa Azul donde amé a Francine casi tanto como a Francesca, o entre las genialidades y las trivialidades de Madrid, o cruzando el desierto de Mohave cuando la noche mezcla y sutiliza todo, o en la Baja California cuando la denigra el mediodía, o en medio de los cuervos o las golondrinas o los jesuitas o los parientes.

Si pudiera elegir, me gustaría que fuera cuando cae el sol sobre Kenia, sobre Cadaqués, sobre Antigua, sobre Venecia, sobre Bariloche o Alejandría, escuchando a Chico Hamilton en Manhattan o a Brams en Ginebra o a Krishnamurti en el valle de Ojai o a Viglietti en el barrio gótico de Barcelona o con Guadalupe en la campiña francesa o con Birgitt en Taxco, o solo y borracho en el Campo di Fiore del Trastevere romano donde hace pocas semanas me preguntaba esto mismo rodeado de palomas y alemanas, entre la esperanza y la duda que me despiertan las causas y los efectos de una existencia misteriosa, no solo para mí sino también para los dioses que intrigan al Dios que me intriga.


¿En qué lugar del amado y trajinado mundo me detendrá el cansancio?
El hijo de mi hermano lo sabrá pero no le importará demasiado, distraído en las búsquedas que a mí tampoco me importarían.”


Así termina Facundo su libro: “Paraíso a la Deriva”, publicado en 1985, por editorial Suramericana-Planeta.

Desafortunadamente no fue como él lo esperaba, Facundo no debió morir nunca, pero como siempre llevaba la contraria, debía en todo caso  morir cantándole a su gente, escuchando la mejor música compuesta para él… los aplausos y la admiración.

…O al menos en alguno de esos mágicos  escenarios que nos comenta en su libro.


Un hombre sorprendente, que con su fuerza espiritual supo superar su orfandad, la pobreza, el exilio, la pérdida de su familia, el cáncer, su ceguera, y que hace un año nos repetía “ya le he robado a la muerte muchos años”.


Nunca debió morir en una calle oscura y solitaria, abaleado por unos animales que obedeciendo a su amo ordenó dispararle a no sé quién, sin importarles a los que se llevaban por el medio...


Para escuchar la  música de Facundo ir:
http://deskatalogadosymas.blogspot.com
http://perrerac.org


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