Zorrotigre
(El dictador que más trabajó para el diablo).
Cirilo Dudamel
Cirilo Dudamel, fue el seudónimo que utilizo durante las décadas de los 40-50, el periodista Larense Julio Cesar Ramos para publicar sus libros, entre ellos están:
Presentimiento (1925),
Ruleta Zodiacal (1931),
Los Conuqueros (1936)
Falconete: memorias de un periodista (1939),
Las vidas del gato (1947).
Este escritor nació el 3 de octubre de 1901, en Curarigua, Edo. Lara, hijo de una familia de escasos recursos, situación esta, que le impide ir a la escuela, no obstante fue poseedor de una gran cultura, gracias a su esfuerzo autodidacta; llegó a ser asiduo colaborador en los periódicos “El Universal” y “Panorama”, en el año de 1957 fue condecorado con la Orden del Libertador en el grado de Caballero, pasando luego al servicio diplomático…
En 1949 publica su libro “Zorrotigre”…
Bajo el nombre de Emilio Misle y gracias a los comentarios que poco a poco le va sacando a Doña Leónida: mejor conocida como la Capitana, cuyo honor fue, además de ser mujer de J.V.G., el conocer profundamente el espíritu del caudillo. El escritor va comentándonos parte de la personalidad del “mandamás” que gobernó a Venezuela, durante muchos años.
Aquí algunos de los comentarios hechos por el “Sr. Misle”, sobre Gómez.
En cuanto a la amistad:
“Zorrotigre sabia lo mismo ser amigo que enemigo. Solo que con mayor facilidad se trocaba de amigo en enemigo, que de enemigo en amigo…” en una discusión con un importante hombre de negocios maracucho sobre la amistad, este sostenía que era mayor su amistad que la del caudillo, considerándose “el mejor amigo”, y el dictador, para bajarles las ínfulas, extrajo de su cartera un viejo papel “se trataba de una carta escrita en Maracaibo, en los días de Conjura y dirigida a un político de Mérida” en ella se proponía asesinar al caudillo… y abajo estaba firmada por el industrial…
En el porqué de la volatilidad de cambiar de ser amigo hoy y enemigo mañana y de darle las ganas volverse nuevamente amigo, la Capitana le contesta a Misle lo siguiente:
“-Porque en él no existía afecto, el verdadero afecto. En sus relaciones humanas, ni siquiera en sus vínculos de sangre, mandó jamás el corazón. De ahí emanaba su fuerza. Se orientaba siempre por su conveniencia. Errado andan de medio a medio quienes creen que no pensaba. Lo que hacía era no sentir.
Con respecto a su instrucción, el Sr. Misle nos dice:
“Zorrotigre no era ilustrado. No era ni siquiera medianamente instruido. Pero tampoco era el Palurdo que con tanta persistencia han delineado sus críticos. Él mismo…exageraba su ignorancia, haciéndose el musiú.”
“De aritmética solo conocía las cuatro reglas. Pero tenía perfectamente dominio de ellas, como el que poseía sobre el pueblo que gobernaba…. Nadie sumó y multiplicó jamás lo suyo con mayor acierto que él. Y nadie, como él, resto y dividió lo ajeno con mas experta habilidad”
Y luego de muchas anécdotas nos comenta para finalizar:
“Zorrotigre” liquidó en Venezuela un largo cielo de revueltas y bochinches y estableció el orden, aunque con el agudo cauterio de las bayonetas.
Pagó las deudas y atesoró caudales en las arcas nacionales, aunque aplicó la sisa (ratería) sin reparo.
Abrió carreteras, aunque de peraltes invertidos y en menoscabo de la política ferroviaria, que hubiera sido más eficaz y conveniente para el país.
Organizó el Ejército, aunque avergonzó a los militares obligándoles a trabajar en las fincas de su propiedad.
Pero sobre todo, acabó para siempre, arrancándolo de raíz, el peor de los males que desde los días inmediatamente posteriores a la Independencia aquejaban a Venezuela: el Caciquismo, el gamonalismo, el aldeanismo político.”
Luego de “Zorrotigre” y ya como Julio César Ramos, este escritor publicó entre otros:
“La Selva” (1962)
“De la dictadura de Zorrotigre a la caminocracia de Carlos Andrés” (1981).
“La muerte del profeta” (1997).
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