La epopeya de Bolívar |
Este fue otro de los muchos intentos por llevar la vida del héroe al cine, Sobre todo en lo que concierne a su voluntad guerrera y su no menos importante ajetreo erótico.
Fue en su tiempo (1969) muy celebrada, sus locaciones se realizaron casi todas en Venezuela, agreguémosle a esto la participación de reconocidas estrellas internacionales como: Maximilian Schell, Rossana Schiaffino, Francisco Rabal, Tomas Enrique, Magdalena Sánchez y Fernando Sánchez, entre otros...
Dirigida por Alessandro Blasetti (importante cineasta de los tiempos de “El Duce”); esta fue una producción Ítalo-española-venezolana, donde participaron: por España “Productores y Exhibidores Films, S.A. (con los señores.: Antonio Pérez Giner y Rafael Mateo); por Venezuela con Producciones Tamanaco Films (Lorenzo González Izquierdo y Mario Dubuc) y por Italia con la “Júpiter Genérale Cinematográfica.
También se ganó la fama de ser una película conflictiva, por los diversos problemas que se le presentaron, entre ellos…
El primero fue inventar a la mujer que andará durante toda la película pendiente del líder, no se podía utilizar a Manuela Sáenz, ya que sería impropio de un héroe ser acompañado por una adultera, poco razonable y tumultuosa.
Fue entonces cuando la comisión supervisora y asesora (Guillermo Morón y Manuel Pérez Vila) del Films decidió reunir a todas las amantes del libertador (más de 12) en un solo personaje: Rosario (Rossana Schiaffino).
Casi sucede lo mismo, con el General José Antonio Páez (Francisco Rabal), su nombre fue cambiado por el de “General de los llanos”, lugarteniente del héroe que “desinteresadamente” ayuda a Bolívar a ganar batallas.
Pero el mayor fiasco se sucede cuando, sentados en la platea, disfrutamos de las magnificas escenas de batallas y vemos al libertador con la luz de las furias brotando de sus ojos, dirigiendo un gran ejercito que cambiara la historia de América, derrotando a…. ¿A quién?
En la cinta no existe “El Ejercito Español”, y esto tiene su razón financiera: En Venezuela como en Latinoamérica, ver al General Bolívar dándole porrazos al ejército enemigo nos entusiasmaba… Pero que los españoles fuesen al cine a pagar una entrada, para ver como sus coterráneos eran diezmados por los campesinos venezolanos, es otra cosa.
Dirigir un films donde participan miles de personas, es difícil, pero dirigirlo, cuando no se domina el lenguaje, se convierte en una pesadilla. Para las grandes batallas, Las Fuerzas Armadas Nacionales le prestaron a Blasetti tres mil soldados venezolanos, a continuación lo que nos dice Rodolfo Izaguirre sobre esto:
“…Los ayudantes de Blasetti dan ordenes al soldado hosco y taciturno pero este se niega a recibir órdenes de ningún italiano: solo de su cabo y el cabo de su sargento y el sargento de su capitán y así, obcecados, tercos, inflexibles, acorazados en su férrea disciplina castrense, las ordenes llegan a la jerarquía más alta….”*
“De igual modo, los jinetes del Cuartel Zaraza, se revelaron excelentes jinetes. Pero son militares. Soldados. Hombres de disciplina que no saben caerse del caballo, aparatosamente, como hacen los heridos por las balas del cine o por las bayonetas en el momento definitivo de las batallas. Caerse significa para ellos algún castigo en mazmorras o calabozos cuartelarios”*
Definitivamente, para evitar futuras enfermedades coronarias a Blasetti, se decidió terminar de filmar las batallas, en Argelia…
Escrito realizado sobre notas de Rodolfo Izaguirre.
Los invitamos a leer su libro:
“Acechos de la Imaginación”
Monte Ávila
1963
Para escuchar música de esta película bajarla en el link:
No hay comentarios:
Publicar un comentario