El techo de la ballena (los escritores) |
El techo de la Ballena
2da parte
El techo de la ballena funcionó como el equivalente literario y artístico de ese tiempo, utilizando las mismas tácticas de los grupos insurgentes: agresividad en sus planteamientos, con acciones imprevistas, con espontaneidad; de hecho en su segundo Manifiesto (mayo ’63) afirman:
“No es por azar que la violencia estalle en el terreno social como artístico para responder a una vieja violencia enmascarada por las instituciones y leyes solo benéficas para el grupo que las elaboró. De allí los desplazamientos de la ballena, como los hombres que a esta hora se juegan a fusilazo limpio su destino en la Sierra, nosotros insistimos en jugarnos nuestra existencia de escritores y artistas a coletazos y mordiscos”
Sin embargo este movimiento no seguía a pie juntillas los moldes del “realismo socialista”, de allí sus problemas con el partido comunista.
Era más bien un movimiento anarquizante, con un incontenible afán de libertad, es la renuncia a toda exigencia impuesta, el desdén por todo el orden establecido, el rechazo a cualquiera imposición, sin embargo reconocen su acercamiento con los dadaístas y con el surrealismo.
“El techo de la Ballena reconoce en las bases de su cargamento, frecuente y agresivos animales marinos prestados a Dadá y al surrealismo.”
(Rayado sobre el techo N° 3)
Otra de las características que promovió este grupo fue el uso de la palabrota, del ataque político mediante el insulto personal, de las groserías, que para la sociedad literaria de ese momento era de rechazo por considerarse suciedades; y que es de uso común en nuestra literatura actual.
Adriano González León, en su "investigación de las basuras", lo justifica así:
“Existe una posibilidad fulminante que justifica el hecho de escribir. Se trata de un afilado propósito hormonal que hace trizas todas las placas aceitosas de la literatura, porque extrae su materia de los fondos viscerales, tan vilipendiados, donde estamos seguros que brota una posibilidad de resurrección.
Carta a Achab
Yo, padre de dos hijos
y una mujer que mantener,
arrecho ya de tanta necedad,
he decidido escribir a la viuda
del capitán ahab,
techo de la ballena
bajo el viento del mar.
tus besos me placen
torre de mar a puta de puerto
a donde fuimos a vivir
veinte desgracias para nuestro
corazones
en la colina roja
por ti
descubren tesoros y confidencias
de tiempos pasados
policías y ministros,
bajo el aire de la casa que habitamos
quinientas promesas de amor y veinte derrotas.
yo, padre de dos mujeres
y un hijo que mantener,
despierto,
colérico, arrecho,
por decreto del otoño
y de la media naranja
en la colina roja
Caupolicán Ovalles
Rayado sobre el techo N°1, marzo 1961.
El uso de las palabras, hoy nos parecen algo común, pero hay que colocarlos en su tiempo histórico, aderezado con una brutal represión y de una sociedad dormida ante lo que se llamó “la revolución de las fantasías”.
Notas tomadas del libro:
Antología de El techo de la ballena
Ángel Rama.
Escrito aproximadamente en 1974
Y publicado por:
Fundarte/colección “Rescate” N° 6
1987
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